
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente.
Y, en el dolor que han leído,
a leer sus lectores vienen,no los dos que él ha tenido,
sino sólo el que no tienen.
Y así en la vida se mete,
distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete
que se llama el corazón.
A mi me encanta la poesía y por supuesto no podria dejar ´de mencinar a Pessoa, un abrazo.
ResponderEliminarQue poeta tan acertado. En cada poeta, un filósofo. besos.
ResponderEliminarDe este hombre en concreto me gustaría saber más. Conozco poco y ya le veo como autor amigo.
ResponderEliminarGracias por sus comentarios...
Edmicara, me alegra verte por primera vez. Te estabas convirtiendo en una incógnita para mí...
ResponderEliminarTodavía pendiente.
ResponderEliminarAy!! Mi cocodrilo, besitos..
No sé si pendiente de un hilo (malditos exámenes) o pendiente de algún tipo de cuentas con las que ya he soñado. De todos modos... mmmm. ¡Besos!
ResponderEliminar.....Y finge hasta su muerte cuando muere de verdad ....
ResponderEliminarjaja, incluso, podría decirse. Muy bien Néstor, has dado un nuevo giro de rosca al poema, y mira que no deja mucho más... Un abrazo!
ResponderEliminaralguien me podria ayudar a hacer un analisis de este poema , es urgeentee:(
ResponderEliminar